Nutrición

Los estudios demuestran que una buena dieta en la tercera edad reduce el riesgo de osteoporosis, hipertensión, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. A medida que envejece, puede necesitar menos energía. Pero aún así, se necesita la misma cantidad de nutrientes de los alimentos. Para conseguirlos:

Elige una variedad de alimentos saludables.
Evita las calorías vacías, que son alimentos con muchas calorías pero pocos nutrientes, como las patatas fritas, las galletas, los refrescos y el alcohol.
Elija alimentos con bajo contenido en colesterol y grasas, especialmente las saturadas y las trans. Las grasas saturadas suelen ser grasas que provienen de los animales. Busque: "transfat" en las etiquetas de los alimentos procesados, margarinas y mantecas.
Para conocer las directrices dietéticas actuales, visite Elegir mi plato. También encontrarás planes de alimentación interactivos que te ayudarán a comer más sano.

Consejos para una alimentación sana
A veces, los cambios dietéticos más sencillos pueden suponer una gran diferencia. Prueba los siguientes consejos para añadir más nutrición a tu dieta.

Haz que tu próximo plato de pasta o arroz sea más saludable. Prueba el arroz integral o la pasta integral en lugar de la blanca.
Mezcla cereales integrales como la cebada en un guiso o el trigo bulgur en un salteado o guiso.
No compres verduras que sabes que no vas a comer. Opte por verduras fáciles de preparar o incluso precortadas.
Haz que tu pastel de carne o cazuela sea más saludable con algunas zanahorias o calabacines rallados.
¿Haciendo una lasaña? Dale un toque saludable añadiendo verduras frescas a la salsa.
Compre frutas frescas cuando estén en temporada.
Fuera de la vista, fuera de la mente. Por eso, mantén un cuenco de fruta a la vista en la mesa, en la encimera o en un lugar visible de la nevera.
Servir leche con las comidas.
En lugar de agua, utilice leche descremada o baja en grasa cuando prepare la avena.

Fuente: Materiales educativos para pacientes del USDA