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El poder de una sonrisa: esta organización sin fines de lucro adopta un enfoque integral para abordar el problema de las personas que no tienen hogar

Bonnie-Vengrow Por Bonnie Vengrow

El año pasado, Joseph vivía en Broward Partnership. Hoy, vive con su familia y ahorra dinero para tener casa propia.

 

Al parecer, Joseph P. sentía seguridad en su vida. Después de todo, había vivido en el mismo departamento de Ft. Lauderdale, Florida, durante los últimos diez años. Sin embargo, en 2017, su buena suerte cambió de un día para el otro: se vendió el edificio donde estaba su departamento y le dieron un mes para encontrar una nueva vivienda. Una tarea para nada sencilla, si se tienen en cuenta los precios cada vez menos asequibles del mercado inmobiliario en la zona.

 

Con el tiempo contado, intentó encontrar algo dentro de su ya acotado presupuesto para cubrir el depósito de garantía y el primer mes de renta requeridos para un nuevo departamento. Pero no tuvo éxito y, al final del mes, el hombre de 63 años terminó durmiendo en la calle.

 

“Cuando me cruzaba con personas sin hogar en la ciudad, me preguntaba si eso podría sucederme a mí algún día?”, dice. En verdad, el giro repentino que dio la vida de Joseph al quedarse sin hogar lo tomó por sorpresa. Estaba inmerso en una nueva realidad que implicaba intentar dormir en calles duras y ruidosas, en alerta constante y trasladándose de un lado a otro para evitar problemas. “Fue aterrador. Fue agotador. Fue muy muy estresante”, recuerda. “Hay que ser fuerte para poder superar esta situación; en la calle hay todo tipo de personas: drogadictos, prostitutas, gente con menos suerte”.

 

Se detiene por un momento y se mira las manos cruzadas. Parece elegir con cuidado sus próximas palabras. “Lo que puedo decirle es lo siguiente: ¿qué haría usted si esto le sucediera algún día?, ¿sería capaz  de superarlo?”.

 

Abordar una necesidad

 

Por desgracia, la situación de Joseph es muy común. El año pasado, en una sola noche, cerca de 553,000 personas quedaron sin hogar en todo nuestro país. Además, tener un trabajo tampoco garantiza tener un hogar. Según la Coalición Nacional de Viviendas para Personas de Bajos Ingresos, en casi todos los estados, los trabajadores que perciben el salario mínimo no pueden costear un modesto departamento de dos habitaciones.

 

Los exorbitantes costos de las viviendas representan un problema, sobre todo en Ft. Lauderdale y en el condado de Broward. Es posible que este soleado lugar sea el destino elegido por estudiantes en el receso de primavera y turistas adinerados, pero el paraíso no es económico, en especial para quienes viven allí. Según un estudio realizado en 2018 por Harvard, Miami-Ft. Lauderdale‑West Palm Beach es la zona más costosa de todo el país: los habitantes destinan más del 30 % de sus ingresos a gastos de vivienda. Así que queda poco margen para productos básicos, como alimentos, transporte y cuidado médico, y casi no queda nada para casos de emergencia, como el que le tocó vivir a Joseph. De hecho, las autoridades locales informan que la falta de viviendas asequibles y la pérdida de empleo son los principales motivos por los cuales 2,500 personas en el condado no tienen hogar.

Broward Partnership for the Homeless brinda apoyo a los clientes incluso después de que tengan una vivienda garantizada. Con la ayuda de un subsidio del programa Voices of Health de Aetna, se impulsa esta iniciativa.

 

Pero todavía hay esperanza y, para muchos, la esperanza nace en Broward Partnership for the Homeless. Durante los últimos 20 años, en este centro de asistencia para personas sin hogar que cuenta con 230 camas, se ayudó a más de 25,000 hombres, mujeres y niños, incluido Joseph, a encontrar estabilidad e independencia a largo plazo. Este centro, uno de los tres centros del condado, está preparado para ayudar incluso a más personas. Hace poco, se asumió el control de un centro de asistencia para personas sin hogar cercano con 268 camas y piensan construir un complejo de viviendas de siete pisos en el estacionamiento adyacente.

 

“Conformamos una agencia que prioriza la vivienda”, explica Ryon Coote, director de Desarrollo. “Nuestro objetivo es que la gente pueda mantener su vivienda. Es un aspecto muy importante. No queremos conseguirle una vivienda a alguien y que, seis meses después, la pierda. Es contraproducente y muy costoso para la sociedad”.

 

Inspirar confianza

 

Por cierto, garantizar una vivienda a largo plazo no se reduce a encontrar un hogar y firmar un contrato de arrendamiento. En general, implica un trabajo de base necesario para abordar, en primer lugar, lo que sea que haya llevado a la persona a no tener hogar. En ese punto es donde los programas y servicios de Broward Partnership, y su amplia red de asociaciones, resultan ser en especial valiosos.

 

Un equipo de administradores de casos y buscadores de viviendas ayuda a los clientes a conseguir capacitación laboral y recursos relacionados, clases sobre finanzas, vestimenta y cortes de cabello gratuitos para asistir a entrevistas, y a encontrar propietarios de viviendas dispuestos a arrendarlas. En Broward Partnership también cubren el depósito de garantía y los primeros dos meses de renta y proporcionan artículos para el nuevo hogar, como platos, ollas y toallas. Además, mientras tanto, allí se les brinda a las personas un lugar seguro para dormir, bañarse, comer y lavar la ropa. 

En general, se forma una fila afuera de la habitación de la ropa, incluso antes de que abra. “La gente quiere vestirse antes de subirse al autobús para ir a su entrevista de trabajo”, explica un voluntario.

 

Pero, según Coote, lo más valioso de Broward Partnership es la unidad de cuidado de salud que se encuentra en el mismo centro. Allí los clientes pueden someterse a exámenes físicos que deberían haberse realizado mucho antes, reciben ayuda para controlar sus enfermedades crónicas, remisiones a especialistas y cuidado de urgencia, y programas médicos y de tratamiento individualizados. Pueden tener acceso a un equipo de terapeutas con licencia y a un psiquiatra que brindan asesoramiento individual y grupal. También pueden obtener ayuda si tienen adicciones o si necesitan resolver algún problema.

 

Los clientes reciben, además, cuidado dental gratuito. Eso incluye limpiezas profundas, obturaciones, extracciones, radiografías y exámenes para detectar cáncer de boca. Para las casi 400 personas que aprovechan los beneficios del programa cada año, esta es una oportunidad para recibir el cuidado dental que no podrían solventar de otra manera. Mejorar la higiene bucal puede ayudar a prevenir otros problemas de salud, incluso enfermedades cardíacas y derrames cerebrales. A la vez, se trata de una gran inyección de confianza, que podría marcar la diferencia cuando alguien se postula para un puesto de trabajo o para arrendar un departamento. “Nuestro programa dental aumenta la autoestima de las personas”, señala Coote. “Es mucho más que un simple trabajo dental. Le estamos devolviendo la sonrisa a alguien, y la sonrisa es importante. Es un pequeño aporte que contribuye al panorama general”.

Enseñarles a los clientes cómo cepillarse y cuidar los dientes forma parte del programa dental de Broward Partnership. 

 

Sin dudas, el panorama general es prometedor para muchos clientes de Broward Partnership. Según datos internos, después de un año, el 49 % de los clientes que se consideran aptos para trabajar permanecen empleados, el 94 % de las personas en viviendas asequibles a largo plazo permanecen en ellas y el 77 % de las familias conservan su hogar.

 

El subsidio del programa Voices of Health de Aetna, una competencia anual que arroja luz sobre las organizaciones sin fines de lucro que trabajan para mejorar la salud de las comunidades, ayuda a sostener este éxito. En 2018, Voices of Health distribuyó subsidios por más de $290,000 a 63 organizaciones en siete comunidades de todo el país. Este año, el programa se expandirá a 20 comunidades.

 

“Nuestro objetivo es aumentar la concientización respecto de los servicios esenciales que ofrecen todas las organizaciones sin fines de lucro premiadas por Voices of Health, como Broward Partnership”, dice Steve Ducòs, director del programa. “Al alentarlos a que cuenten sus historias pretendemos aumentar el acceso a estos servicios por parte de la comunidad y a tener un impacto significativo en los factores determinantes sociales que afectan su salud”.

 

“Con el dinero que obtuvimos entregamos alimentos, vestimenta y artículos de aseo personal y manejamos casos”, dice Coote. “Cuando recibimos 1 dólar, destinamos 87 centavos a la misión. Cuando recibimos una pequeña donación, nos aseguramos de que todos se beneficien con ella”.

 

Y casi tan valioso como este aporte fue el apoyo en comercialización y capacitación que Broward Partnership recibió del programa Voices of Health. Estos recursos se utilizaron para enseñarle a la comunidad que el hecho de no tener un hogar afecta a todo tipo de personas. “A través del video que realizamos, informamos a nuestra comunidad sobre la realidad de no tener un hogar y ayudamos a que algunos de los miembros más nuevos del consejo comprendieran realmente a las personas a quienes brindamos asistencia”, dice Coote.

 

Promoción de la independencia

 

El impecable y arbolado campus de Broward Partnership se parece mucho a una pequeña universidad. Cuenta con tres residencias donde se alojan mujeres, hombres y familias, y un jardín de juegos para niños. Tiene una cafetería grande y espaciosa, un gimnasio cerrado, servicios de lavandería, un laboratorio de informática, un lugar para elegir ropa y una biblioteca llena de libros. Hasta cuenta con una glorieta donde los clientes se juntan a disfrutar de las últimas horas de la tarde o a compartir un refrigerio.

Broward Partnership tiene la belleza natural de un parque. “Me sentí muy cómodo aquí”, dice un cliente. “Este es un lugar para no estar solo”.

 

Y como en una típica universidad pequeña, el ambiente es muy amigable, respetuoso y motivador. Los clientes y el personal se saludan con una sonrisa y comentarios agradables. La amabilidad es habitual. Una clienta, que es voluntaria en la habitación de la ropa, recuerda cuando un colaborador descubrió una costosa camiseta de diseñador en la pila de donaciones. El colaborador, en lugar de quedársela, se la dio a ella para que pudiera usarla en su próxima entrevista de trabajo.

 

“Aquí uno siente que va a dar el «próximo paso»”, dice. “No es como estar esperando que algo suceda. Te propones objetivos con el administrador de casos. Por ejemplo, tengo este trabajo de voluntariado, y me está por surgir otro trabajo. Cuando empiezo a recibir ingresos, le doy una parte de mi dinero al administrador de casos para que, al final del programa, me entreguen un monto equivalente a lo que he ahorrado. ¿Ven? Nos motivan a que nos ayudemos nosotros mismos, para que podamos superar esta situación y no tengamos que regresar”.

 

Joseph P. es una de las personas que no planean regresar. Aunque valora la seguridad, el cuidado y el apoyo que recibió en Broward Partnership, su mirada está bien puesta en el camino que tiene por delante. Hoy, vive con su hermana y ahorra todo lo que puede para tener un lugar propio. Pero, a la larga, su sueño es ser el propietario de una pequeña granja en Georgia, su tierra natal, con cerdos, algunos cultivos y un tractor. “Regresar aquí no está en mis planes”, dice con una sonrisa. “Cuando me fui, dije que no quería regresar. Quiero prosperar”.

 

 

Sobre el autor

 

Bonnie Vengrow es una periodista que vive en la ciudad de Nueva York, quien ha escrito para las siguientes revistas: Parents, Prevention, Rodale’s Organic Life, Good Housekeeping y más. Nunca conoció un sendero para hacer excursiones que no le haya gustado y, hoy, trabaja para perfeccionar su postura sobre la cabeza en la clase de yoga.

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