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De qué manera vivir en situación de inseguridad alimentaria cambió la perspectiva de esta madre

" Por Mark Pabst

Me llamo Shanae. Siempre he vivido en el sureste de San Diego. 

Lemon Grove es una pequeña ciudad de San Diego. 

Solo hay algunos centros comerciales donde se venden frutas y verduras. 

Cuando era más joven, creo que ni habría sabido qué hacer con las frutas y verduras frescas si las hubiera tenido enfrente, ni dónde conseguirlas.

Básicamente, estaba sola a los 17 años porque mi mamá se había mudado a Virginia.

Los niños de mi edad todavía vivían en sus casas con sus padres, así que tenían todo a su disposición. Yo tuve que resolver todo sola, y fue difícil.

En el pasado, si hubiera ido a una tienda local con $10, habría salido con un montón de comida chatarra.

El dinero me rendía mucho más si compraba comida chatarra, ya que con un ramen comía.

No estaba pensando en mi salud. Soy joven… No estaba haciendo planes para el futuro.

Quedé embarazada a los 19 años y, en ese momento, todo cambió y se volvió más difícil. 

(ESTADÍSTICA: 1 de cada 9 estadounidenses sufre de inseguridad alimentaria. Fuente: USDA)

No pude obtener ningún tipo de seguro de salud antes de tener a mi hijo. Tampoco reunía los requisitos para recibir cupones para alimentos. 

Sinceramente, tenía hambre.

Tenía que mantener la cabeza ocupada porque si comía algo, sabía que no tendría nada para el almuerzo o la cena.

Creo que ahora estoy mejor porque aprendí de mi partera.

Me dijo que necesitaba comer más frutas y verduras,

así que me inscribí en el programa Mujeres, Bebés y Niños (WIC). Ella me ayudó a conseguir más cupones para alimentos.

Muchas cosas cambiaron en el momento en que fui madre soltera. Ahora estoy casada y tengo tres hermosos hijos.

Hoy tengo un mejor acceso a los alimentos gracias al huerto comunitario de Lemon Grove y también al mercado de productores agrícolas de Lemon Grove. 

Es más probable que mis hijos coman frutas y verduras del mercado de productores agrícolas y del huerto comunitario que de la tienda de frutas y verduras. Tienen mejor sabor y son más saludables. Sabemos de dónde vienen.

(ESTADÍSTICA: Con el apoyo de Aetna, más de 1.6 millones de estadounidenses ahora tienen acceso a alimentos saludables a una milla de su hogar. Fuente: Aetna Foundation)

Ahora que tengo más acceso a frutas y verduras orgánicas, pruebo varias recetas.

Tengo acceso al huerto comunitario y al mercado de productores agrícolas, y los alimentos frescos que venden son extraordinarios,

tanto para mi familia como para la comunidad.

Casi todas las tardes, Shanae está en su soleada cocina de Lemon Grove, California, preparando una comida para su esposo y sus tres hijos. Le encanta crear recetas y siempre está probando distintas formas de utilizar ingredientes frescos y verduras exóticas.  

Sin embargo, cocinar no siempre fue tan agradable para ella. Durante dos largos años, tuvo dificultades para poder alimentarse. Aunque hace casi una década desde que pasó hambre, Shanae todavía recuerda ese momento como si fuera ayer.  

Su experiencia comenzó cuando tenía solo 17 años. Su madre decidió mudarse a Virginia, y Shanae optó por quedarse en Lemon Grove para asistir al colegio comunitario. Tenía un montón de clases, un trabajo de medio tiempo y, por primera vez, una gran cantidad de facturas por pagar todos los meses. “Tenía que cubrir todas mis necesidades, como combustible, seguro de automóvil y alquiler, con menos de $ 1,000 por mes”, indica. “Fue difícil. Realmente tuve que hacer rendir mi presupuesto para la comida”.  

Después de que su madre se mudó de estado, Shanae tuvo que mantenerse sola. Solo tenía 17 años.

A menudo, eso significaba reservarse $50 por mes para comprar productos comestibles, una cantidad insignificante que solía alcanzarle para alimentos procesados económicos, como fideos instantáneos y productos enlatados. En los días en que tenía poco para comer, se salteaba las comidas, bebía agua para evitar que le doliera la panza por el hambre o se las arreglaba a pura fuerza de voluntad. “A veces, cuando tenía hambre, intentaba mantener la cabeza ocupada y pensar en tareas que tenía que hacer para la escuela o cosas similares”, recuerda.  

Aunque no lo sabía en ese momento, Shanae no estaba sola. En los Estados Unidos, aproximadamente 40 millones de personas viven en situación de inseguridad alimentaria. En el condado de San Diego, donde se encuentra Lemon Grove, hay más de 360,000 residentes que viven en situación de inseguridad alimentaria.  

Desafortunadamente, por diversos motivos, muchos residentes en situación de inseguridad alimentaria no pueden obtener la asistencia que necesitan. En algunos casos, no saben que pueden obtener ayuda. En otros, pueden no reunir los requisitos para obtener los beneficios o no tener la documentación necesaria para demostrar su necesidad. Eso es lo que le sucedió a Shanae, quien solicitó asistencia del Gobierno con los alimentos cuando tenía 18 años, pero le dijeron que no reunía los requisitos. En ese momento, estaba decepcionada, pero al mirar hacia atrás, cree que eso fue un error.  

Aunque Shanae no pudo aprovechar los beneficios de la asistencia con los alimentos en ese entonces, de vez en cuando algún desconocido la ayudaba. Recuerda lo que le sucedió una vez en una tienda de comestibles cuando se dio cuenta de que no podía pagar todo lo que tenía en el canasto. “Estoy mirando al cajero y él me está mirando como si me dijera ‘Será mejor que dejes algunas cosas’. Sentí que el tiempo no pasaba”, cuenta. “Pero el caballero que estaba atrás mío en la fila dijo ‘No devuelvas nada. Yo pago’. Eso me salvó ese mes”.  

Descubrir una pasión por la alimentación saludable 

El destino de Shanae cambió cuando tenía 19 años y quedó embarazada de forma inesperada. Al principio, el embarazo hizo que sus dificultades para alimentarse fueran incluso mayores, ya que intentaba encontrar opciones saludables que se ajustaran a su presupuesto.

Sin embargo, más tarde, durante una visita de cuidado prenatal en una clínica de salud para mujeres local, una partera le informó sobre los diversos beneficios que tenía a su disposición. Ayudó a Shanae a inscribirse en beneficios, como el programa WIC y Medicaid, con los cuales la futura mamá obtuvo alimentos y recursos para emprender el camino hacia una vida saludable.

Además, la partera le recomendó a Shanae que comiera más frutas y verduras frescas. En poco tiempo, era una amante de las frutas y verduras. Casualmente, más o menos en esta época, surgió un mercado de productores agrícolas en Lemon Grove, donde se aceptaban cupones de beneficios para alimentos y se vendía una amplia variedad de opciones a precios asequibles. “Recuerdo que solía ir a la tienda de comestibles con $10 y salir con cosas como ramen, porque eso es lo que podía pagar”, dice Shanae. “Pero, en el mercado de productores agrícolas, con $10 podía conseguir grandes atados de col, manzanas y tomates. Compraba más alimentos y con mejor sabor”.

Retribuir a la comunidad 

Ya ha pasado casi una década desde que Shanae tuvo dificultades para poder alimentarse, pero sigue teniendo los hábitos saludables que adquirió durante esos años. Sigue yendo el mercado de productores agrícolas, a menudo con su esposo y sus tres hijos. Además, la familia empezó a cultivar algunos de sus alimentos favoritos, como tomates y verduras, en el nuevo huerto comunitario de Lemon Grove, que se encuentra a cinco minutos en automóvil de su casa.  

Según dice Shanae, es más probable que sus hijos coman frutas y verduras del mercado de productores agrícolas y del huerto comunitario que de la tienda de comestibles; para ellos, tienen mejor sabor.

En gran medida, gracias al mercado y al huerto, Shanae y sus vecinos de Lemon Grove finalmente tienen acceso a alimentos frescos y asequibles. “Los huertos comunitarios como el de Lemon Grove son una excelente fuente de frutas y verduras de estación que se cultivan en la localidad”, indica Jill Webber, MPH, directora de equidad cultural y sanitaria y educadora en materia de salud, Aetna Better Health of California. Pero los beneficios no terminan ahí. “Estos huertos también son una excelente fuente de beneficios para la salud, como la reducción del estrés, la actividad física y la conexión humana”, explica. "De hecho, estos huertos son tan importantes para el bienestar general de una persona que estamos explorando formas de brindarles a nuestros miembros un servicio de transporte gratuito a los huertos de su localidad”. 

Naturalmente, tener acceso a un huerto es beneficioso solo si uno come lo que está cultivando. Para ayudar a sus vecinos a descubrir cómo aprovechar al máximo el tesoro que ahora tienen al alcance de la mano, Shanae ha creado recetas saludables con ingredientes cultivados en su localidad. Las comparte en línea y con sus compañeros que también cultivan en la huerta.  

También juega con recetas del libro que le dieron a través del programa WIC. Shanae recuerda lo aburridos que eran los platos en ese entonces, así que creó versiones modificadas llenas de sabor. Publica las recetas en las redes sociales con la esperanza de que sirvan de fuente de inspiración y otras personas adopten alimentos nutritivos. 

“Ahora que en Lemon Grove tenemos más acceso a frutas y verduras orgánicas, podemos probar una variedad de recetas”, explica. “Comparto estas recetas porque sé que pueden servirles a otras familias para que coman de forma saludable, prueben cosas nuevas y también se sientan fortalecidas cuando cocinan en sus casas”. 

Aunque su situación de inseguridad alimentaria ha quedado definitivamente en el pasado, Shanae dice que la experiencia hizo que estuviera agradecida por todas las opciones frescas, saludables y asequibles que ahora están disponibles en el vecindario. Shanae quiere que otras personas que atraviesan una situación de inseguridad alimentaria también conozcan estas opciones. “Siento que tengo más opciones de alimentos saludables, entonces es mucho más fácil pagar los tipos de alimentos que sé que son buenos para mí y mi familia”, expresa. “Creo que todo el mundo debería tener estas opciones a su disposición”.  

Aetna es el nombre comercial que se utiliza en los productos y servicios proporcionados por Aetna Better Health o sus filiales.

Sobre el autor

Mark Pabst ha trabajado como escritor e investigador en el campo del cuidado de salud durante casi dos décadas. Cuando no escribe sobre salud, trata de mantenerse saludable haciendo actividades como caminar, escalar y remar en los rincones más remotos de su estado natal, California. Sin embargo, a pesar de que se esfuerza al máximo, aún tiene algunos hábitos poco saludables que no puede dejar, sobre todo su debilidad por las rosquillas con jalea.

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