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¿Qué es la depresión?
¿Qué es la depresión?
Depresión es una de las enfermedades mentales más comunes en EE.UU. Muchas personas la confunden con la tristeza, pero la depresión es mucho más grave. Es un trastorno del estado de ánimo que afecta a la forma de sentir, pensar y desenvolverse en la vida cotidiana.
Los síntomas de la tristeza y la depresión pueden parecer similares. Pero las personas diagnosticadas de depresión no suelen sentir alegría. En algún momento, puede hacer que lo hagan:
Cansarse, fatigarse o inquietarse
Sentir desesperanza
Alejarse de la familia y los amigos
Comer más o menos de lo habitual, lo que provoca un aumento o una pérdida de peso imprevistos.
Si no se busca ayuda, la depresión puede invadir todos los aspectos de la vida de una persona, haciendo que sus años de vejez sean más difíciles.
Para la mayoría de las personas, la depresión es causada por más de un factor. Podría tener algo que ver con la genética o la química cerebral de una persona. U otras experiencias, como el trato que recibieron al crecer. El sexo también puede desempeñar un papel importante. Algunos estudios muestran que las mujeres son más propensas a desarrollar depresión que los hombres.
Otras causas frecuentes de la depresión en adultos mayores pueden ser:
Mala salud física. Las enfermedades pueden alterar el funcionamiento del organismo y provocar depresión. Algunas enfermedades, como la artritis o la movilidad reducida, pueden dificultar que te las apañes solo. Puede significar que necesitas pedir más ayuda a otras personas.
Pérdida repetida. Las personas mayores suelen experimentar periodos intensos de pérdida a medida que envejecen. Esto puede incluir la pérdida de la pareja, familiares o amigos que fallecen. También puede implicar la pérdida de su salud o independencia.
Soledad. El aislamiento social es otro desencadenante habitual de la depresión en los adultos mayores. La causa puede ser que sus hijos se hayan mudado. O que se trasladen de casa a otro lugar, como un centro de cuidados o de jubilados. Este aumento del tiempo que se pasa solo puede provocar depresión.
La depresión puede manifestarse de diferentes formas en los adultos mayores, y los síntomas suelen confundirse con los de una parte natural del envejecimiento. Debe buscar ayuda en los siguientes casos:
Tiene tres o más síntomas
Sus síntomas duran más de dos semanas
- Sus síntomas interfieren con sus actividades diarias
Signos y síntomas comunes
Problemas de memoria y confusión.
Retraimiento social y no querer estar con otras personas
Pérdida del placer.
Pérdida del apetito o pérdida de peso.
Quejas vagas de dolor.
Problemas para dormir
Sentimientos de ira o frustración, especialmente por cosas sin importancia.
Comportamiento demandante.
Cambios en la personalidad.
Delirios o alucinaciones.
Pensamientos de autolesión
Una primera medida es hablar con alguien en quien confíe, como su médico de cuidado primario u otro profesional.
Su médico podría querer examinarle, puesto que ciertas enfermedades pueden tener signos iguales a los de la depresión. Obtenga más información sobre la depresión y la ansiedad y sus síntomas.
Su médico también puede remitirlo a un consejero de salud mental habilitado. Si prefiere no reunirse en persona, un asesor puede ayudarle por teléfono o vídeo.
Ya sea que elija sesiones presenciales o en línea, la primera opción de tratamiento suele ser la psicoterapia, o “terapia conversacional”. El terapeuta también puede decidir si debe tomar medicamentos. Recuerde que no debe sentirse avergonzado de sufrir depresión. Es un trastorno que responde muy bien al tratamiento, por lo que es importante que dé ese primer paso y busque ayuda.
¿Qué puede hacer para sentirse mejor?
¿Qué puede hacer para sentirse mejor?
Modificar el estilo de vida a medida que se envejece también es importante para prevenir o controlar la depresión. Deberá centrarse en estas 4 áreas:
Nutrición
Haga ejercicio.
Relajación
Hábitos de sueño
Come bien. Llevar una dieta sana y equilibrada puede ayudarle a evitar enfermedades que pueden provocar discapacidad o depresión.
Mueve tu cuerpo. Ejercicio ayuda a tu cerebro a mantenerse activo. Si no puedes moverte, considera una clase de yoga en silla o aeróbic acuático.
Relájese. Mantenerse relajado durante el día favorece el sueño nocturno. Prueba a meditar, rezar, hacer yoga o incluso bailar.
Duerma lo suficiente. La mayoría de los adultos deberían dormir entre 7 y 9 horas cada noche.
Únase a grupos de apoyo. Pueden ser útiles para personas discapacitadas o confinadas en casa. Los grupos comunitarios o de la iglesia pueden ayudarlo y brindarle conexiones sociales.
Prepararse para cambios vitales importantes. Planifica tu jubilación o cómo vas a emplear tu tiempo.
Mantente en contacto. Habla con familiares o amigos y hazles saber cuándo te sientes triste.